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La Trascendencia y la Responsabilidad Innatas al Trabajo en Sitio en el Escenario Actual

Actualmente aplica perfectamente la frase: “cómo han cambiado los tiempos”. Resulta impactante que, de golpe, casi de un día para otro, el mundo entero se haya tenido que detener a consecuencia de un virus microscópico desconocido que está atentando, no sólo contra la salud e integridad de los seres humanos, sino contra su propia vida, poniendo en jaque y en situación de grave peligro a toda la humanidad. El planeta se paralizó y la gente se tuvo que refugiar en sus casas sin poder salir, so pena de contagiarse de una muy grave y letal enfermedad. 

 

Esto afectó a todo el entorno en que nos desenvolvemos, sin excepción, principalmente a la economía y al ámbito del trabajo, el cual, como otros tantos, se cimbró de una manera inaudita, requiriendo tomar decisiones inmediatas, sin planeación previa, ni antecedente alguno, tratando, por un lado, de proteger a los trabajadores y, por otro, de darle continuidad operativa y, principalmente, sustentabilidad a cada empresa en particular.

 

Tiene una muy particular importancia y una enorme trascendencia destacar que hay trabajadores que, por el tipo de funciones que desempeñan, forzosamente tienen que llevarlo a cabo en el sitio, es decir, fuera de casa, en las instalaciones de la empresa respectiva, fundamentalmente los que corresponden a manufactura, salud, laboratorios, medicamentos, alimentos (procesados y naturales), bebidas, lácteos, servicios, tráfico, logística, almacenes, y algunos administrativos, con todas las implicaciones de riesgo que conllevan. Y todo ello en lo que ahora se está denominando la “nueva normalidad”, misma que aún no se puede precisar como será, pero que estamos seguros, será diferente a lo que se entendía por ella antes de la pandemia.

 

Es justamente a estos trabajadores a los que habrá que prestarles especial atención, pues serán prácticamente en adelante, “las manos” que sacarán adelante el trabajo operativo de las empresas, con o sin crisis, con viento a favor o con viento en contra.

 

La crisis actual, cuyo período de duración y su profundidad no son claras y, refiriéndonos específicamente al ámbito del trabajo en sitio, está obligando a los líderes a desafiar sus suposiciones sobre la motivación y el rendimiento y a experimentar con nuevos enfoques dado que, quienes se desempeñan en este entorno están experimentando nuevas circunstancias y desafíos, por lo que se requieren planteamientos claros y precisos que: den sentido al trabajo en sitio; logren hacer consciencia de su importancia en todos y cada uno de los trabajadores; precisen la responsabilidad individual y colectiva que este tipo de trabajo tiene; logren un trabajo productivo, innovador y de calidad; se consiga una sinergia robusta y efectiva que propicie la sustentabilidad, el crecimiento y el desarrollo de la empresa; y propicien la tranquilidad, la seguridad y la visión de futuro en todos los trabajadores.

 

Dadas las consideraciones enunciadas, es imprescindible especialmente para los trabajadores en sitio en la “nueva normalidad”, entre otras cosas, la autenticidad en los líderes de forma tal que no parezca que tan solo están representando un papel, ya que la gente no confía en aquellos que simplemente cumplen son sus obligaciones. Quieren y necesitan más. Quieren, hoy más que nunca, a alguien que se preocupe objetiva, empática y pragmáticamente por ellos y por su trabajo; les proporcione confianza, seguridad y sentido; y los guíe hacia un futuro claro y prometedor.

 

De lo anterior se desprende la necesidad de una nueva visión transaccional acerca de la motivación y el engagement de los trabajadores en sitio, tomando en cuenta las circunstancias inherentes a la “nueva normalidad” que exigen respuestas congruentes con ésta, organizadas y bien fundamentadas para conseguir los mejores resultados. Por ningún motivo hay que dejar que las cosas tomen su camino por sí solas o improvisar. Hay que estructurar muy seriamente una estrategia en esta materia, recomendándose los siguientes ocho pasos:

 

Contempla una fuerza de trabajo inspirada

 

El objetivo aquí es lograr que todos los trabajadores, cada uno en lo particular, comprendan que el trabajo, en cualquier tiempo, más aún cuando hay una fuerte crisis como la actual, es más que un medio para la supervivencia, una especie de “obligación” porque no “hay de otra”; sino que es algo que les posibilita ser parte significativa en la contribución del bien común, de su familia, de la comunidad en la que viven y de la sociedad en general, y de que es algo que les permite aprender, hacer equipo, crecer y progresar. Que es algo muy digno y parte esencial de una existencia con sentido y realización. Y que, a través de él, se enriquecen los valores y se perfecciona la propia vida y así mismo se contribuye significativamente a la supervivencia general.

 

Ésta es una acción hoy en día fundamental, misma que debe ser planeada y ejecutada por los líderes de manera permanente, básicamente con quienes se desempeñan en sitio, ya que, por las circunstancias del entorno amenazante del día de hoy, requieren imprescindiblemente apoyo y razones suficientemente sólidas para desempeñar su trabajo con compromiso, motivación, sentido y efectividad.

 

Hay que lograr que cada trabajador en sitio no vea lo que hace como un trabajo, sino como “mi trabajo”.

 

Descubre el propósito y la trascendencia

 

El propósito de cualquier organización es lo que debe estar contemplado en su misión y visión, enmarcadas en sus valores, siendo todos estos aspectos normalmente meros enunciados, quizá muy bien redactados y relacionados con la actividad de la empresa, pero que no se conocen como tales en todos los niveles de la empresa y, pero aún, no son comprendidos a cabalidad y menos aún, se han hecho propios.

 

Bien valen estos tiempos en que todo está cambiando, para que se revisen la misión, la visión y los valores de la compañía, en función de la “nueva normalidad”, participando todos los niveles de la organización, de forma tal que realmente se conviertan en la “razón de ser de la empresa” y en el “horizonte que se pretende alcanzar en la nueva normalidad”, y que con la máxima efectividad posible sean conocidos y comprendidos a cabalidad por todos y cada uno de los trabajadores, principalmente los que se desempeñan en sitio, y los hagan propios, es decir, que formen parte de lo que internamente le da sentido a su propio trabajo, lo dignifica y lo direcciona hacia un futuro claro y motivacional, dándole al mismo tiempo la trascendencia que tiene en el propio actuar y en el colectivo, al comprenderse el efecto y el beneficio que de él se desprenden.

 

Esta tarea es, en la “nueva normalidad”, prioritaria y contribuyente de que el trabajo en sitio sea llevado a cabo con la máxima responsabilidad y compromiso y, principalmente, con sentido y engagement.

 

Reconoce la necesidad de autenticidad

 

Cuando una empresa define su misión, visión y valores, pero éstas no rigen el comportamiento de los altos directivos, suenan huecas. Todo el mundo reconoce la hipocresía y los trabajadores se desmotivan y tienden a volverse cínicos. El proceso hace daño. Habiendo identificado la razón de ser de la empresa, su finalidad y sus valores, los líderes deberán vivirlos con autenticidad, convicción, compromiso e integridad, transmitiendo con el ejemplo a los trabajadores, especialmente a los que se desempeñan en sitio, el verdadero sentido que éstos tienen y cómo definen y dirigen todas las acciones correspondientes. 

 

De esta manera se genera una sinergia efectiva y los trabajadores tienden a desempeñarse de la misma manera, con autenticidad y compromiso y mejor aún, con tranquilidad y serenidad.

 

Esto no es “una buena idea”, es algo imprescindible en los tiempos de la “nueva normalidad” para poder darle una robusta sustentabilidad a la empresa.

 

Convierte el mensaje auténtico en un mensaje constante

 

Una organización orientada a un propósito según los términos descritos, requiere que el “mensaje auténtico” con todo lo que éste implica en palabras, ideas y hechos, sea continuo, para que la organización tenga una dirección específica, teniendo en cuenta los factores que dificultan los cambios como las culturas existentes en la organización que tienden a impedir el movimiento, los gerentes que se resisten a los mismos, la complejidad de la organización, la situación económica actual y las demandas cambiantes del mercado.

 

Cuando el mensaje de la misión, visión y valores lo mantienes constante sin vacilar, sucede algo que parece increíble.  El propósito se impregna en la conciencia colectiva. La referencia cultural cambia y la organización comienza a funcionar a un nivel superior. Los procesos se vuelven más simples y fáciles de ejecutar y sostener. La gente comienza a buscar soluciones permanentes en lugar de medidas de acción rápida e inmediata que crean más ineficiencias a través de variaciones inadecuadas de los procesos. En suma, la sustentabilidad de la empresa se robustece y los trabajadores se sienten seguros, motivados y enganchados. 

 

Estimula el aprendizaje individual

 

A medida que los líderes adoptan un propósito superior, reconocen que el aprendizaje y el desarrollo son incentivos poderosos. Los trabajadores realmente quieren pensar, aprender y crecer. La filosofía parte de que cuando un líder le da a alguien un desafío difícil, muestra fe en el potencial de esa persona. El trabajo se convierte en una incubadora de aprendizaje y desarrollo, y en el camino el trabajador gana confianza y se compromete más con la organización y el propósito superior que la impulsa, sin importar un entorno amenazante. Al ayudar a los empleados a entender la relación entre el propósito superior y el proceso de aprendizaje, los líderes pueden fortalecerlo.

 

Lo importante en este punto es que los líderes deben establecer nuevas bases acerca de cómo se debe desempeñar el trabajo en sitio, de forma tal que sea más autónomo y retador, para que quienes lo llevan a cabo piensen, aprendan y crezcan y, en consecuencia, se sientan más motivados, seguros y comprometidos, generándose múltiples beneficios para la organización, como la sustentabilidad, la innovación, la calidad, el crecimiento y el desarrollo, aspectos decisivos en la “nueva normalidad”.

 

Convierte a los gerentes de nivel medio en líderes orientados al propósito

 

Para que, en estos tiempos puedas construir una fuerza de trabajo inspirada y comprometida, necesitarás gerentes intermedios que no sólo conozcan el propósito de la organización, sino que también conecten profundamente con él y lideren con poder moral y competencia profesional. Eso va mucho más allá de lo que la mayoría de las empresas piden a su gente de nivel medio.

 

La organización debe realizar un esfuerzo muy bien estructurado para que los gerentes comprendan cabalmente y hagan propias la misión, visión, valores y metas de la empresa, y entiendan cómo todo ello se vincula a su vida profesional y a la razón de ser de la organización, transmitiéndolo con su ejemplo a los trabajadores en general. Al hacerlo, estarán modelando una sensibilidad, un compromiso y una autenticidad que nadie habría esperado ver, orientando de esta manera toda acción al propósito máximo de la compañía.

 

Conecta a la gente con el propósito

 

Una vez que los líderes en la parte superior y en el medio han interiorizado el propósito de la organización, deben ayudar a los empleados y trabajadores de primera línea a ver cómo éste se conecta con sus tareas diarias. Pero un mandato de arriba hacia abajo no funciona. Los líderes y gerentes de nivel medio necesitan ayudar a impulsar este proceso, porque entonces es muy probable que el propósito permee la cultura, dando forma al comportamiento incluso cuando los gerentes no están ahí para ver cómo las personas están manejando las cosas.

 

Una vez que la transformación general de la empresa ha echado raíces en todos sus niveles, la realidad operativa mostrará que el orgullo de los empleados en su trabajo aumentará significativamente y con seguridad el nivel de compromiso alcanzará niveles récord. Los resultados mejorarán a pesar del entorno difícil, la imagen de la empresa se enriquecerá, será un mejor lugar para trabajar, disminuirán la rotación y los costos, habrá sentido a lo que se hace y la compañía crecerá.

 

Da rienda suelta a los energizadores positivos

 

Cada organización tiene un grupo de agentes de cambio que normalmente no se aprovechan. Nos referimos a esta fuente como la red de energizadores positivos. Distribuidos aleatoriamente por toda la organización son personas maduras, carismáticas, energéticas, proactivas, orientadas a un propósito con un temperamento optimista. Naturalmente inspiran a los demás. Están abiertos y dispuestos a tomar la iniciativa. Una vez identificados, pueden ayudar en cada paso de los cambios culturales que se requieren en la “nueva normalidad”. Estas personas son fáciles de identificar, destacando que otros confían en ellos.

 

Asesores de Harvard han ayudado a lanzar e implementar este tipo de redes de cambio cultural en numerosas organizaciones, comprobando que es una herramienta muy robusta para alcanzar el éxito. Normalmente, en una reunión inicial, los líderes senior invitan a los miembros de la “red energizante”, o a algunos de ellos, a involucrarse en el diseño y la ejecución de cómo promover con efectividad el proceso de cambio. En cuestión de minutos, siempre hay tema. Una vez que se cuenta con una infraestructura más o menos robusta y congruente, los energizantes salen, comparten ideas y regresan con comentarios y nuevas ideas. Siempre están dispuestos a decir la verdad y desafiar abiertamente las suposiciones.

 

Los energizadores positivos son un recurso increíble que, normalmente, pasa completamente desapercibido. Éstos se preocupan profundamente por el propósito de la organización en toda circunstancia o escenario y consiguen que sus colegas lo acepten y lo hagan propio.

 

Conclusión

 

Es así que lograr una operación exitosa en la “nueva normalidad” según se ha descrito, no es sólo un ideal elevado; tiene implicaciones prácticas para la sustentabilidad, la salud financiera y la competitividad de una empresa. Las personas que, de la manera descrita, encuentran significado en su trabajo no escatiman su energía y dedicación. Este tipo de empresas, desafiando las suposiciones económicas que provienen de la crisis actual, le dan a su gente con gran fuerza y dirección, energía, sentido, tranquilidad y libertad para encontrar un propósito a su trabajo, así como una explicación acerca de los palpables beneficios que una actividad con un propósito genera sobre el interés propio. De esta manera crecen en lugar de estancarse. Hacen más - y lo hacen mejor. Pese a un entorno complicado como el actual.